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Imagen: Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la inclusión social (LUM)

La compleja realidad peruana en 2017

Lo que arrastramos son cosas de todos

Publicado: 2017-09-13

Hace 25 años el terrorismo despertó a Lima con el atentado de Tarata (1992), fue recién ese horrible 16 de julio que los limeños sintieron en sus puertas a Sendero Luminoso. ¿Quién se imaginaría que ese mismo año el equipo de Marco Miyashiro, actual congresista fujimorista y entonces jefe del GEIN, atraparían al cabecilla Abimael Guzmán? El ex presidente Alberto Fujimori y Ketin Vidal, ex jefe de la Dincote, se llevarían las palmas de tamaña hazaña hasta que todos los secretos de su gobierno se destaparan.

La Lima adinerada no tuvo opción que dejar de ignorar a las personas del interior, a los abandonados de toda la vida y aceptar la verdad que habían negado por más de 20 años: los perros colgados de los postes, las muertes de María Elena Moyano y Bárbara D´Achille, el coche bomba frente a Canal 2, la manipulación de profesores y estudiantes, las matanzas de Lucanamarca y Uchuraccay, las caídas millonarias de las líneas de alta tensión, la muerte de policías y campesinos, las pintas del PCP en los muros, etc.

Tras la fachada de un partido

Tras los intentos por aclarar los hechos, la Comisión de la verdad y Reconciliación fue duramente criticada, las Fuerzas Armadas quedaron desprestigiadas y la desconfianza se sintió con mayor fuerza. Los gobiernos de los ex presidentes Toledo, García y Humala no cumplieron sus promesas de lograr progresos en investigaciones ni de apoyar a las víctimas del terrorismo. Las huelgas y protestas marcaron fuertemente estos tres periodos de gobierno democrático. Todo siguió igual con pequeñas mejoras: desempleo y analfabetismo, familias aprovechándose de programas nacionales y niños con enfermedades crónicas, hospitales y postas desabastecidos, bajo sueldo de policías, corrupción política, desigualdad, violencia de género, huelgas de profesores y médicos, etc.

Imagen: RPP

El terror persistía aún en estos 16 años (2001-2016) pues aunque el gobierno de Fujimori afirmaba haber acabo por la fuerza con el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (PCP-SL), la realidad es que muchos sospechaban que hubiera aún ramas integradas en el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), manejando el partido maoísta Pukallacta, infiltrados en Patria Roja, y encabezando el Movadef con la intención de liberar a las cabezas senderistas en prisión. Ahora la fachada se presentaba con 3 pilares: solución política, amnistía general y reconciliación nacional.

De los hechos hasta la huelga

En 2015, el Movadef presentó su inscripción como partido político y un año después el JNE lo rechazó. Esta vez usaron el nombre de Frente de Unidad de Defensa del Pueblo Peruano (Fudepp). Ese mismo 2016 los noticieros saltaban con la aparición de un mausoleo senderista en el cementerio Victor Andrés Belaúnde (Comas). Finalmente, este año la Sala de Apelaciones de la Corte de Lima Norte (Poder Judicial) resolvió traer abajo la edificación. Este hecho encajó con el destape y vinculación política del caso Odebrecht, así como la huelga de profesores que se extendió más de 2 meses y que el gobierno del presidente Kuczynski (PPK) no supo manejar con la velocidad ni el tino adecuado.

Imagen: Utero.pe

Profesores de todo el país se movilizaron y gastaron su poco sueldo para protestar en la Plaza San Martín y las calles del centro histórico de Lima. El problema no era solo el incumplimiento del aumento salarial a los maestros, ofrecido por PPK en su campaña de gobierno para el primer año, sino la falta de apoyo de cada gobierno. Investigaciones periodísticas empezaron a destapar la intervención de grupos ultraradicales en las protestas, la pérdida de clases de escolares a nivel nacional, la inconformidad de los docentes por las capacitaciones que muchas veces eran en ciudades alejadas de sus hogares y centros de trabajo, los ridículos objetivos de los exámenes de los maestros, la falta de lógica de despedir profesores con experiencia y contratar novatos, etc.

Si todo esto no es suficiente caldo de cultivo para que resurja Sendero Luminoso y levante medio país a las armas entre hermanos, sembrando el terror nuevamente, pues la gota que rebalsa el vaso está a punto de llegar. Pudo haber sido peor si la situación en el sur estallaba tras la denuncia de venta de terrenos en zona limítrofe (de Tacna) con Chile por el congresista Edwin Donayre (APP) a la par del proyecto de interconexión con Arica y Bolivia.

Esto no es por leyes mal hechas sino por malos líderes, por gente desinteresada, por debates innecesarios y la falta de previsión, planeamiento y visión a futuro. Esto no es un debate si se debió ignorar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sino de que Maritza Garrido Lecca no fue nunca agenda ni de políticos ni de los medios hasta tarde, de que pagara lo que debe o no se le diera libertad, de que se pide libertad para Fujimori pero se puede alegar lo mismo para terroristas, que nuestro sistema no reforma ni ayuda a quienes cumplen condena. Esperemos que el trabajo de tantos peruanos que buscan la paz y sensibilizar a las personas sea suficiente para seguir conteniendo lo que arrastramos hace años y que son cosas de todos los peruanos.


Escrito por

AleM2287

Bachiller de Ciencias de la Comunicación, activista ambiental y ciclista de corazón, fotógrafo y por tiempos diagramador, blogero y crítico


Publicado en

Mera curiosidad

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