Antiguamente, las culturas buscaban explicar el sentido del mundo a través de mitos relacionados a lo que veían. Por eso, muchas leyendas y tradiciones antiguas relacionan sus deidades con las estaciones y los astros. Estos mitos y leyendas formaron una parte importante de la literatura estudiada por Tolkien, quien era filólogo, un estudioso de textos antiguos para comprender la estructura y evolución de las lenguas.

La semiótica es la ciencia que estudia estos signos y su significado, así como su relación con la sociedad. Por ejemplo, la asociación de los astros con sequías y lluvias que formaban parte de las atribuciones de antiguas deidades. Estos astros por lo tanto influenciban el carácter de los nacidos en esos periódos del año.

Motivos

Entonces, ¿por qué mencionar la relación astral en la obra? Pues hay muchas referencias como el Ojo de Sauron, las puertas de Moria, los dragones, la isla de los Dúnadan (hombres del oeste). Númenor tenía forma de estrella y entre sus muchos nombres destacan Andor (tierra de los dones) y Elenna (tierra de las estrellas). En la zona norte (Forostar) se alzaba una montaña llamada Sorontil, en donde el rey Tar-Meneldur hizo construir un observatorio astronómico (SE). Aqui habitaban las águilas mensajeras de Manwë.

Otro ejemplo es Osgiliath (ciudadela de las estrellas), una ciudad de Gondor donde se guardaba una de las palantiri y cuyo edificio principal se llamaba la "Cúpula de las estrellas", una boveda o domo para observar la posición de los astros. Esta ciudad fue fundada por los hermanos Isildur (Q. isil-, de la luna) y Anarion (Q. anar-, del sol) tras el hundimiento de Númenor. Esta dualidad de sol y luna persiste constantemente, ya que se puede ver a los hermanos representados en los Argonath, en las ciudades que fundan (Minas Ithil y Anor), así como sus estructuras (muros de plata luminosos y la Gran puerta que da al este).

Esta conjunción de opuestos, masculino y femenino, día y noche, sol y luna, vida y muerte, da lugar al coito cósmico (eclipse) que habla claramente de procreación, perdurar, transformar, muerte y resurrección, el ciclo eterno de las cosas (uroboros) y la busqueda de la inmortalidad para ser perfecto como Dios.

¿Alquimia en Aman?

Cuando nos remontamos a la historia de los árboles de los Valar, Laurelin y Telperion, es imposible no relacionarlos a los elementos del oro y la plata (hojas), así como al sol y la luna por los últimos frutos que dieron origen a los astros principales de Ea. Esto no puede ser coincidencia pues en alquimia, predecesora de la ciencia química moderna, se buscaba transmutar elementos y volverlos puros, con el fin de obtener la perfección y la inmortalidad (a través de la piedra filosofal).

Esta piedra no solo actuaba sobre los hombres, también en los elementos, podía convertir el plomo en oro, el elemento más puro de todos, que además representa al sol y el corazón*. Se le representa con un círculo y un punto al centro, está asociado a Amon y Ra. Mientras que la luna se relaciona con la plata por su brillo, otro metal puro, también está vinculada con el alma y la inmortalidad (por sus fases).

Los Rosacruces, una orden esotérica basada en creencias egipcias, buscan el conocimiento del cosmos, los sentidos y la naturaleza para lograr la existencia plena, a través de prácticas ocultistas. Para obtener la inmortalidad y el conocimiento, necesitaban la piedra filosofal o elixir de la vida (Azoth), que obtenían con un diagrama circular llamado Vitriol. Este diagrama tenía símbolos de astros como el sol y la luna rodeados de cuatro planetas (mercurio/azogue, marte/hierro, jupiter/estaño y saturno/plomo).

Esto es importante ya que en la Dago Dagorath, la última batalla, Morgoth se libera y busca acabar con la luz del mundo, destruyendo el sol y la luna. El enemigo que había buscado el poder de la Llama Imperecedera (fuente de vida y creación). Tras vencer al mal, los silmarils serían recuperados y Fëanor ayudaría a revivir los 2 árboles con la luz de sus joyas, lo que daría paso a la reestructuración y purificación de Arda, que dejaría de ser impura o maculada para ser redimida, rehecha. La perfección de la Segunda Música, la culminación del plan de Eru para su creación.

Tolkien tiene una visión mixta del enfrentamiento final del bien y el mal, una mezcla del Ragnarok germano (cíclico) y el Apocalipsis judeo-cristiano (lineal). Al triunfar el bien definitivamente, no acaba la historia ni existencia sino que se da una transformación, un reinicio, un nuevo comienzo tras la destrucción del mundo maculado.

Númenor

La isla que albergaba los hombres longevos del oeste, que se hundieron en el oceano buscando obtener la inmortalidad, tiene forma de pentagrama o estrella de cinco puntas.

Pentalfa.- Se dice que los pitagóricos tomaron este símbolo de los babilonios, ya que atribuían a los números poder y orden, vinculando las matemáticas con lo místico, similar al lenguaje de la sustancia divina para los judíos que estudian la Cábala. En Alquimia, se dice que es un talisman de protección que ya usaban los sumerios. Para los pitagóricos representaba la perfecta sincronía entre cuerpo y mente, que atrae buena salud. El árbol de la inmortalidad o de la vida, se dice que es un manzano, pues al cortar la fruta de forma horizontal tiene 5 cavidades para semillas que forman un pentágono.

En la mitología nórdica, Iðunn (la siempre joven) es una deidad femenina esposa de Grabi (hijo de Odín) que posee una caja con manzanas, las cuales rejuvenecen a los dioses de Asgard y les brindan inmortalidad. En el libro de Proverbios, se usa la expresión Etz Chaim (árbol de la vida) para referirse a la Torá misma. En la Cábala, este árbol de 10 esferas representa los 10 estados que te acercan a la comprensión de Dios, siendo el 8° estado (Hod) la eternidad del ser.

Además, hay teoremas que indican la obtención del número áureo, calculando en base a segmentos del pentágono y pentagrama, lo que reforzaba su valor simétrico de proporción divina. En la edad media, la estrella de cinco puntas (con la punta hacia arriba) se relacionaba con la humanidad (Hombre de Vitruvio de Da Vinci) y la magia buena. En el libro "La divina proporción", Luca Pacioli afirma que hay algo divino en las medidas de todo lo creado, postulado de varios griegos antes de él.

Delfines.- Aunque no aparecen en la obra de Tolkien, si están vinculados a la historia. Se dice que el motivo por el cual Ulises llevaba delfines en su escudo de armas es debido a que estos salvaron de ahogarse a su hijo Telémaco. Menciono esto debido a que Ulises tiene una influencia enorme sobre un personaje importante del Silmarillion: Eärendil.

Para los griegos los delfines representaban sustento, mantener la vida, eran protectores y se decía traían buena fortuna, a veces eran la montura de Cupido, así como compañía de Afrodita y Apolo. Además, simbolizaban la vida y la muerte, ya que ayudaban a los muertos a llegar a la otra vida; mientras que en la Alquimia, los delfines de Afrodita (la luna) y Apolo (el sol), representan la transición entre dos mundos.

Números

Los siete pueblos enanos y sus siete anillos, las siete estrellas de Elendil que representan las siete Palántiri salvadas, los siete hijos de Fëanor y las siete mariposas del cielo (la constelación de Valacirca). El #7 es recurrente en varias culturas, comunica la idea de perfección y plenitud. La idea de perdonar "hasta setenta y siete veces” se recalca la idea de que había que perdonar indefinidamente. Tiene un origen astrológico, por los astros observables que luego dan nombre a los días de la semana.

"Altos navíos y altos reyes, tres veces tres" se refiere a Elendil y sus hijos, los tres anillos de los elfos, los tres portadores del anillo único. El #3 se relaciona al equilibrio, demuestra combinación en el sentido de unidad y simboliza la Divina Perfección.

Cuatro Cuadernas, cuatro hobbits, cuatro edades, cuatro miembros del club de té TCBS. El #4 se asocia a los cuatro elementos básicos y los puntos cardinales. Si el #3 se asocia a lo divino, el #4 lo hace con lo terrenal.

Nueve espectros y sus nueve anillos, los nueve miembros de la Comunidad del Anillo. El significado del #9 se asocia al poder que se consigue a través de la sabiduría y la búsqueda del bien común, es el único de la escala numérica que contiene las vibraciones de todos los demás números, así que es un compendio de lo mejor y lo peor de las características de cada uno de ellos.

Trece enanos de la Compañía de Thorin. En el judaísmo el #13 es considerado de mal augurio pues eran los espíritus relacionados con el mal. De la misma forma sucede en una creencia nórdica donde se relaciona a Loki (deidad maligna) que propició la muerte de Balder. En el tarot, el número 13 se interpreta como muerte y en su sentido oculto representa al cambio (la muerte de algo y el nacimiento de otra cosa).

El 20 (9 + 7 + 3 + 1) es símbolo de muerte y resurrección. El cero implica la muerte, la nada, el árbol de la vida y el nacimiento del universo, mientras que el 2 es dualidad, balance. Por lo que 20 es asociado a los dos lados de la existencia: vida y muerte.

¿Tolkien ocultista?

Es erróneo deducir algo así pues, como se explicó al inicio, Tolkien se inspira en los textos antiguos que leía. De lo contrario, podriamos deducir que era judío por la influencia de los ángeles y la creación de Ea, o que creía en Odín y el Valhalla. Tolkien era abiertamente católico debido a la fe que profesó su madre antes de morir y al sacerdote Francis Morgan que quedó como su tutor. Para saber más, es recomendable leer su biografía, escrito por Humphrey Carpenter.

Otra lectura recomendada es "Alquimia y misticismo" (1997), de Alexander Roob, escritor alemán conocido por sus publicaciones de la simbología del esoterismo, que va desde menciones de alquimia hasta el surrealismo en el arte moderno.