Recuerdo que de chico mis padres contaban historias de fantasmas y no del tipo que se inventan para pasar el tiempo, ni para asustar a los niños o para explicar detalles, sino del tipo vivencial en el que tras suceder varias veces y después de muchos años no hay otra explicación que lo sobre natural. Eso me gustaba aunque me erizara el cabello de la nuca, sin embargo ahora prefiero dejar eso para otros.

Estos hechos no deben sorprender a los escépticos ni a quienes recién se interesan por estos temas, después de todo hay cosas que aún no comprendemos y son difíciles de explicar aún con los avances modernos de la ciencia. Por ejemplo, sabemos cómo funciona nuestro cuerpo y la reproducción pero aún no somos capaces de dar vida a tejido celular. Hablar con escepticismo de estos temas es como dudar del amor y decir que solo es química cerebral engañándonos e impulsando un mecanismo de adaptación social. Es más que eso.

Algo de historia

Cuando vemos hacia atrás, parece que lo sobre natural sucedía únicamente en tiempos remotos cuando la gente no comprendía mucho de lo que se da hoy por entendido. Error. Si hay algo que se sobre entiende puede que la gente no le preste demasiada atención y los detalles pasen desapercibidos. Lo aclaro para no sobre estimar la historia y tomarla por hechos reales.

Lo sobre natural suele tener un motivo: los casos de casas embrujadas o lugares como cementerios donde penan se debe mayormente a almas de personas que murieron violentamente y no pudieron aceptar su partida de este mundo. Casos como el de Matusita están relacionados a asesinatos, otros como el de la casa Amytville (visto por los Warren) relacionados a brujería, así como el de los reductos en Lima, donde reposan los restos de los limeños que pelearon durante la ocupación chilena.

Otros casos como los milagros de los santos se explican por la cercanía con Dios y el desarrollo de dones para ayudar a otros. San Martín poseía la multilocación, Santa Rosa hablaba con animales, San Benito tenía visiones, otros levitaban en extasis e incluso hubo quienes (se dice) revivieron personas en nombre de Dios.

Dones

Erróneamente llamados "poderes", los dones son cualidades psíquicas que algunas personas tienen. A estas personas se les llama Paragnosta, psíquicos o sensitivos y suelen experimentar fenómenos psi. En su mayoría han tenido infancias difíciles pues sus dones son temidos, no entendidos, difíciles de controlar y no siempre se desarrollan correctamente ni a la par de la fe para apoyarse espiritualmente. Muchos admiten que aún de adultos les cuesta dejar de oír cosas o conocer detalles de otros sin sentirse abrumados por ese conocimiento, muchas veces no son cosas buenas.

Quienes poseen estos dones, mayormente no hacen alarde de ellos para evitar ser molestados o porque entrar en contacto con lo invisible es incómodo. Quienes cobran por ellos suelen perder valor espiritual y moral. Otros engañan con espiritismo/esoterismo y mentiras tontas para obtener dinero de ingenuos. Algunos dones están relacionados a elementos como ver/conocer detalles en el reflejo de espejos y agua, manipulación de energía, curación con manos, etc.

Como menciona Rosa María Cifuentes en su blog Zefiro del Cielo, se puede enumerar los más conocidos:

Telepatía - enlace entre mentes.
Telequinesis - mover objetos.
Mediunidad espontánea - cuando una entidad revelar información
Clarividencia - adivinar o recibir información del espacio/tiempo.
Precognición - saber lo que va a suceder.
Retrocognición - saber lo que ya sucedió.
Psicometría - tocar objetos y conocer detalles de individuos.
Glosolalia - hablar lenguas en estado de trance.
Paragnosis - conocer pasado, presente y futuro de personas.

La última advertencia

Muchos creen que es excitante y divertido tener una vivencia sobrenatural, que podrían enfrentar la situación mejor que otros y que no tienen miedo. No saben lo equivocados que están. Una persona común que se enfrenta o vive un fenómeno paranormal reaccionará de la manera más normal: con miedo ante lo desconocido, lo que de por sí ya es una desventaja. Uno puede prepararse física y mentalmente para las situaciones cotidianas pero la mayoría no están preparados espiritualmente.

Es más, si las películas de terror no le dan miedo, puede que esto sea peor para usted que para alguien sensible que si se sobresalte. Se necesita fuerza espiritual para encarar estas situaciones y aunque insultar entidades ayude a calmar las cosas, solo es momentáneo y puede empeorar las cosas. Los rezos sin fe tampoco ayudan y el temor solo alimenta la fuerza negativa de estos entes, que en su mayoría no son almas humanas, por lo que se debe ser extremadamente cuidadoso.

Para dar cara a estas situaciones se debe tener un profundo sentido de humildad, espiritualidad y calma. No se enfrenta usted a algo pasajero ni se trata de un juego, es algo muy delicado que puede tener consecuencias graves. Digo esto para los idiotas que juegan ouija o invocan entes del más allá, porque no saben a que llaman ni como expulsar aquello a lo que se ha invocado. Ni los sacerdotes preparados en Vaticano, ni los demonólogos con experiencia, ni los clarividentes (medium) buscan contacto voluntario con el más allá porque es peligroso y agotador. Así que si naciste sin dones, como una persona común, déjale esto a quienes nacieron para enfrentarlo. Créeme, todos ellos preferirían ser comunes como tú y yo.