Estos días han tenido como constante el uso del término "cosificar" en las conversaciones con varios amigos sobre la marcha #NiUnaMenos, las jugadoras con burka en las Olimpiadas de Rio 2016, la violación de Batichica y el fan service de Harley Quinn en las últimas películas de DC y por supuesto, algunas cosillas que encontré tras probar Tinder y Happn.

Se me ocurrió comprobar si lo que la gente dice de los apps para conocer gente era real y lo que encontré es peor que superficial, pues era ofensivo para muchas de las mujeres que marcharon el domingo 14. Obviamente, 100 personas no representan a todos ya que muchos no usan estas apps y otros simplemente al crear su cuenta dejan la primera foto de su facebook.

Tinder y Happn

Cuando entré, mi intención fue hacer amistades aunque la gente dude que eso sea posible con un hombre, pero sucede que algunos realmente queremos conversar. Pasaron 7 días y me di cuenta que no lograba respuesta de nadie así que acudí con una amiga que me dijo que mejorase mi perfil, lo hice y entonces caí en la cuenta del error de muchas personas: no son auténticas. Más del 50% se dedica a poner fotos y no una reseña de quienes son ni sus gustos.

Entre las fotos de perfil, he contado al menos 48 selfies en playas, 22 en Machu Picchu, 16 en el Times Square, 7 en Paris y muchas otras en discotecas o junto a piscinas. Esos escenarios son el equivalente de las personas, no es que siempre viajen o paren en mil fiestas sino que desean verse así. No es solo aparentar felicidad e independencia, es autoafirmación.

Muchas toman posturas feministas y exigen se les respete, pero resulta contradictorio mostrar grandes escotes y poses sugerentes con poca ropa, acompañado de la frase "no busco bacilar" o "sólo amigos". Pero la cereza sobre el pastel son sus frases de "tu pagas el café" o "tu pones la entrada". ¿Ahora su compañía tiene precio?

Lo peor es que los hombres lo generamos y no me refiero sólo al acoso e insinuaciones sexuales, hablo de que las hacemos sentir inseguras y feas al tener que compararse con las modelos operadas de la publicidad, de la tv, del cine, y hasta compararse con malos hombres. Estamos fomentando que se vuelvan desconfiadas, superficiales, egoistas e incluso más masculinas para sentirse tranquilas, seguras, libres y exitosas.

Presión de los pares

Según un estudio alemán concluye que ver el éxito ajeno, sus vacaciones y vidas de fantasía puede provocar envidia, frustración, sensación de soledad y enfado, como el réclame de Scotiabank. Actualmente hay una gran presión social que te dice que seas libertino, viajero, despreocupado, que siempre hay algo mejor allá afuera, que la formalidad te impide experimentar, que solo tomando y bailando te puedes divertir, que te pierdes la diversión por ser bueno, que leer y no salir a bailar te hace mojigato. Mostrarnos como somos está bien, pero no se necesita ser exhibicionista, así como no se necesita sobre maquillarse y copiar las poses de vedettes para verse bien.

Esto ha llevado a ideas incorrectas por lo que muchas colocan "sólo busco amistad", pues han notado que a pesar de ser selectivas al elegir a los chicos más atractivos fisicamente, estos están unicamente interesados en ese exterior y la diversión que ellas puedan darles. O incluso, en otros casos adoptan filosofías de vida que muestran inmadurez, envidia, intolerancia, recelo, miedo a la crítica con frases como "si no te gusta... next", o la más común "si te incomoda, disculpa, pero así soy".

Al final cambié mi perfil para mostrarme como soy día a día: en bicicleta, jugando juegos de mesa, hablando de las curiosidades que tengo y empecé a tomarme más tiempo leyendo las descripciones que viendo las fotos. El resultado fue inmediato, encontré varias personas interesadas en pasear, ir a eventos nuevos y que realmente tenían tema de conversación sin dejar de ser atractivas.